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Un artista entre maestros

Foto del escritor: Aula 201Aula 201

Mirada y de perfil aguileño atento a toda acción realizada por sus alumnos, su cabello con gel y peinado hacia atrás, su voz gruesa y con un aire de cansancio por el día transcurrido, así se encontraba el reconocido ex-integrante de “Antología”, Percy Rojas.

Me encontraba fuera del colegio San Antonio Marianista del Callao, lugar en el que el Percy Rojas Villadeza, músico, charanguista y profesor me había citado. Paseaba por los pabellones en busca del salón de música, lo encontré dictando clases. Me pidió que volviese en un rato, así lo hice, al regresar lo encontré almorzando, un estofado de pollo. Me suplicó que no dijera nada con respecto a sus horarios de almuerzo en hora de trabajo a los demás profesores, tengo que admitir que al verlo disfrutar de su comida me provocó en cierta parte, se ofreció a convidarme un poco, pero le dije que no, que como buen allegado de cultura culinaria que soy respetaba la comida de los demás, me senté en un cajón criollo a su lado y pude notar también porque le gustaba estar ahí pasar su tiempo ahí, todo lo que se podía ver eran las guitarras y los cajones a su lado había una pintura que él había hecho hace un tiempo de un elefante en la sabana en pleno atardecer y siguiente a ello una imagen del filósofo Aristóteles, que me explicó después lo que pensaba este intelectual con respecto al arte.

“El arte es capaz y digno

de ocupar el ocio y ofrecer felicidad.”

Comienzos de su música

En poco tiempo terminamos hablando sobre, latin – folk, rock, reggae, pop, country y algunas clásicas de Beethoven, Tchaikovsky y Mozart, al parecer termine por sorprenderlo en cuanto a conocimiento de música, sin embargo no en lo práctico, pero qué podía hacer yo solo era un aficionado él era todo un músico completo.

“De que te sirve saber tocar de todo, si no puedes especializarte

en un solo instrumento con el cual te sientas cómodo, para mí eso es el charango.”

El primer instrumento que tocó en su colegio fue la quena, posteriormente la zampoña y después la guitarra, pero desde muy pequeño ya había estado enamorado del charango, cuando solía ir a las verbenas de los colegios que estaban cerca a su casa, formó su grupo después de salir del colegio, en esos días tocaba la guitarra, pero necesitaban un charanguista es en ese momento que uno de sus compañeros le pregunta al “Profe”, si en verdad sabía tocar el charanguito peruano, el responde que sí y a la semana siguiente su “pata” trae un charango comprado que terminó por regalárselo, que aún sigue guardado en su baúl de recuerdos como el primer charango que obtuvo.

Huanuqueño de nacimiento pero terminó sus estudios aquí en Lima en el año del 2003 en la escuela del folklore José María Arguedas en la especialidad de charango, para iniciar en el año del 2005 sus estudios de musicología en el conservatorio de Lima y actualmente lleva estudiando para sacar su licencia como profesor de música en universidades.

El “Profe” y su carrera

“Quiero que la nueva generación, los jóvenes sigan conociendo de

nuestra cultura, de nuestra música, es muy fácil olvidarse de sus raíces.”

Por los pasillos lo conocen como profe, Percycha (diminutivo del nombre en quechua) o Rasec en honor al personaje de al fondo hay sitio. Me atreví a preguntarle si sentía que la música actual como el “trap” merecía ser llamado música.

“Cualquier canción o género que te transmita algún sentimiento o sensación es considerado música, puede que para ti ese estilo no sea música pero para otros sí lo es”.

El show que más trabajo costó

Sonó la campana de salida en el colegio, mientras que el profesor miraba la hora, al parecer esperaba a sus alumnos puesto que tenía una guitarra acústica a la mano, la cual estaba afinando, hablamos respecto a sus días tocando en el grupo de Antología, dirigido por Dilio Galindo, su mirada se concentraba en un punto que no pude distinguir si era su libro de “la Tercera ola” o la única ventana que se encontraba en el salón, lo notaba pensativo mientras contaba el concierto que más trabajo le costó mientras estaba en el grupo de música andina contemporánea, fuel en el gran teatro nacional donde no solo tuvo que tocar junto a la orquesta nacional sino también donde tuvo que bailar y hacer un performance completo del “Son de los diablos”. Lastimosamente poco después de dos meses tuvo que dejar de lado la música para dedicarse más a sus alumnos, ya que le demandaba mucho tiempo y tocar en países como Bolivia, Ecuador y Colombia.

Llegaban alumnos y supe que ya estaba siendo momento de marcharme no sin antes preguntar por su afamado amigo Riber Ore, guitarrista peruano, actualmente retirado por un problema de acoso sexual por el cual se le denunció, habló sobre él y como fué que lo conoció en la escuela de José María Arguedas, lugar donde juntos decidieron formar su dúo “Cuerdas por el mundo”, dúo con el cual lo alzó a la fama junto con Riber, que ya por esa entonces era una estrella destacada en la música andina. No sin antes de marcharme mencionó un pequeño proyecto en el cual ha empezado a trabajar hace poco, un nuevo disco en el cual contará con unos pequeños valses, huaynos y carnavales; lastimosamente aún no cuenta con nombre propio, pero en tanto lo tenga nos lo hará saber.

Por: Fernando Sarmiento Castro Aula: 201

 
 
 

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